Vista panorámica al pasado

*En el Museo de la No Intervención la imaginación vuela y es posible concebir el armamento y la situación bélica que se desarrolló en 1862 durante la mítica Batalla de Puebla

Carolina Miranda

Puebla, Pue.- En lo más alto del Cerro de Loreto, con una vista panorámica de la ciudad de Puebla, un lugar que resguarda la historia de esa misma urbe: El Museo de la No Intervención.

Donde ahora las familias poblanas y turistas salen a caminar, pasear a sus perros, a comerse un helado o a dejar su candado del amor, se libró la mítica Batalla del 5 de Mayo.

Alrededor del recinto, una pelota gira, las risas abundan y el picnic se prepara con tortas de jamón y coca de dos litros y medio, hasta los vendedores de algodón de azúcar ofertan sus productos, mientras los adultos mayores abren sus sillas plegables para disfrutar del partido de fútbol que se arma entre familias.

Al interior de la enorme estructura de piedra se cuenta una historia diferente, el recorrido por la batalla más emblemática de Puebla, la que le dio identidad.

El recinto fue originalmente una ermita, erigida en el siglo XVII gracias a que un indígena aseguró haberse salvado de un rayo gracias a la virgen de Loreto, una de las advocaciones marianas de la religión católica más importante de Italia y cuyo origen se remonta a Tierra Santa.

Dentro se encuentra una gran explanada en el que posan cañones que fueron usados en la lucha. Al ingresar la imaginación vuela y es posible concebir el armamento y la situación bélica que se desarrolló en 1862.

La capilla es el inicio del recorrido y quien da la bienvenida es un cuadro de la virgen de Guadalupe. La historia comienza con la vida y obra de la nueva España en Puebla, hasta llegar a la bandera de Ignacio Allende.

De repente comienza un tour por las primeras banderas mexicanas y su significado. Pero tal vez lo que más sorprende es conocer el origen del estandarte de la virgen de Guadalupe.

Se dice que uno de los insurgentes  tomó del altar de la iglesia de Atotonilco, Guanajuato, un óleo guadalupano y lo adaptó a manera de estandarte con unas lanzas para que el cura Miguel Hidalgo lo pudiera levantar; de esta forma, en poco tiempo se juntó al ejército popular más numeroso que haya luchado por la independencia de América.

Probablemente otras de las cosas que más llama la atención es que los poblanos no se quedaron atrás en esta lucha, pues se cuenta que cuando las tropas francesas se acercaban a la que ahora es la capital poblana, el ayuntamiento mandó un comunicado a los funcionarios para que tomaran las armas o de lo contrario serían despedidos.

Aquellos que aceptaron el mandato fueron asignados a las alturas de la iglesia de la Compañía en el Centro Histórico de la ciudad.

La historia cuenta que alrededor de 30 actores de una compañía de teatro, en su mayoría cómicos, solicitaron armas para defender cualquier trinchera que pudiera encontrarse vulnerable.

Además, al séptimo batallón se presentaron más de cien voluntarios, entre artesanos, industriales y comerciantes dispuestos a pelear por Puebla.

Como en toda nuestra historia, las mujeres tuvieron un papel importante en la Batalla del 5 de Mayo pues mostraron su valentía en los hospitales de sangre localizados en San Pedro para ayudar a los heridos.

El museo da cuenta del papel que tuvieron los trabajadores del campo en el conflicto bélico pues se muestra una representación del traje de Tetelense, usado por el Sexto Batallón de Guardias Nacionales.

Este escuadrón estaba compuesto por hombres y mujeres indígenas de las comunidades serranas de Zacapoaxtla, Tetela de Ocampo y Xochiapulco; su estrategia militar consistió en llevar a cabo la guerra de guerrillas, es decir, tomar por sorpresa al enemigo.

Entre toda la historia, resalta una pintura del General Ignacio Zaragoza, así como sus anteojos y binoculares que generan una sensación de asombro y cercanía, porque los relatos no solo se han quedado en los libros de texto, fueron y son parte de nuestra realidad.

Aquí en la que fuera una zona de guerra entre mexicanos y franceses, hoy es un lugar de esparcimiento para todo aquel que quiera darse un break del bullicio de la ciudad.

 

 

 

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